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Lo nuevo del Nuevo Cine Latinoamericano
Por Julio García Espinosa
¿Qué puede ser lo nuevo en el Nuevo Cine Latinoamericano? Repensar el pasado. Repensar a los grandes cineastas; asumirlos para disponer de sus cabos sueltos. Huir de las modas. "No siento nostalgia por los años sesenta" se dice hoy. Y ¿quién la siente? ¿Quién siente nostalgia por el expresionismo alemán? ¿Quién siente nostalgia por Mozart? ¿Por La Ilíada? ¿Por El Quijote? ¿Hasta cuándo estas falsas seducciones de la negación? Antes seleccionábamos a los amigos. Hoy debemos saber seleccionar a los enemigos.
¿Qué diferencia hay entre los sesenta y los noventa? Antes se hacían buenas y malas películas, hoy también se hacen buenas y malas películas. Antes se dio una nueva generación, hoy también ha surgido una nueva generación. Antes se logró una cierta producción, hoy también se logra. Antes tuvimos premios en los festivales, hoy igual. Entonces, ¿dónde está la diferencia?
El análisis somero obliga a no ir más allá de las generalidades. Pero habría que precisar, con ejemplos de películas, como fue entonces el tratamiento del espacio y del tiempo; hasta donde el montaje evolucionó al ritmo del pensamiento; cuál fue el papel de la intuición y cual el de la razón, ¿cuándo pesó más uno?, ¿cuándo más el otro? En La primera carga al machete la fotografía tan contrastada no es gratuita, obedece a una razón, sin embargo su creación es producto de una profunda intuición. En Son o no son el caos de la narración lo sustenta una lógica interna que, a su vez, es producto de
Se ha sostenido que el Nuevo Cine Latinoamericano de los sesenta desapareció al individuo siguiendo el principio marxista de que la Historia la hacen los pueblos y no los individuos. Es verdad que esto existió como también existió lo contrario. Pero esto se manifiesta igualmente hoy. ¿Qué hay de regresivo en que ambas tendencias, ayer y hoy, puedan ser caminos exploratorios?
También se habla de que el Nuevo Cine Latinoamericano obedeció a una única línea de pensamiento. ¿Acaso es una manera de enmascarar el palpable pensamiento único que hoy recorre mares, llanos y montañas? ¿Se puede negar la diversidad de entonces? ¿Se puede negar la uniformidad que inunda hoy al mundo? ¿Qué hay de pensamiento repetitivo en Memorias del subdesarrollo, El Pez que fuma, El Chacal de Nahueltoro, Dios y el diablo en la tierra del sol? No hay que confundir uniformidades actuales con coherencias de ayer.
También se suele decir que el cine de los sesenta fue un cine político. Es demasiado cómodo dividir el cine en cine político, cine de entretenimiento y cine de arte. Habría que preguntarse más bien, cuándo en las películas hay más sentimiento que ideas, cuándo hay más ideas que sentimientos, cuándo se concilian ambos. También se dice que fue un cine de bajo costo. Pero eso no significa que fuera un cine artístico. A veces se cambian las formas de producción para no cambiar nada.
¿Qué nos une hoy? ¿Qué nos separa?
El Neorrealismo surgió después de
Así mismo habría que hacer un análisis más profundo del itinerario del pensamiento marxista antes y después de los sesenta más la puesta al día de ese pensamiento por la revolución cubana en el contexto particularmente latinoamericano. Entre nosotros, que veníamos impregnados de la filosofía marxista, se hizo evidente que las primeras películas eran productos de un pensamiento marxista desfasado; la madurez se reflejó años después en las películas que hoy se consideran clásicos. Esa madurez fue también de todo el continente americano y lo recorrió activando un espíritu de cambio más consecuente con
De
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